sábado, 17 de enero de 2015

Un poco de calma... la verdad te será revelada

Estaba desayunando un café tranquila en casa y he sentido la necesidad casi imperiosa de compartir una idea que se ha configurado delante de mis ojos. Curiosa expresión porque no ha aparecido en la pared como una proyección de una diapositiva, sino que la he podido ver claramente mientras se situaba justo entre los dos ojos, en la parte trasera de la frente... 

Neocórtex... parte de evolución más reciente del cerebro... motivo de orgullo, sobretodo del homo sapiens... gran éxito de la evolución... el cerebro consciente. Me ha surgido la siguiente pregunta: ¿Cuántos minutos podría yo sobrevivir en este mundo contando únicamente con la información contenida en mi córtex frontal? bueno, aquí queda, en el aire, porque no existe respuesta contrastada.

En la mayoría de las situaciones en las que tenemos que tomar decisiones importantes sobre nuestra vida contamos con muy poca información racional que nos ayude a elegir uno u otro camino. Simplemente porque no hemos podido vivir una misma situación de dos maneras diferentes y aprender cuál de ellas fue resuelta mejor. Cada día somos diferentes y nuestro entorno... ¿Cambia cada minuto o cada segundo? 

Pongamos la importancia que creamos se merece nuestra parte racional. O mejor dicho,  relativicemos el poder de nuestro raciocinio para resolver las diferentes situaciones en las que nos sitúa la vida. Ante situaciones que requieren respuesta rápida vamos a contar con él como nuestro salvador, y me estoy refiriendo a la idea que todos tenemos de supervivencia. Otro uso para nuestra parte racional, un poco menos explotado, es "elevar" a través del lenguaje (palabras escritas en papel o en la imaginación) una reacción anímica inconsciente de nosotros mismos y que nos gustaría controlar, al plano de la consciencia. Es una buena herramienta para hacerla desaparecer o al menos, sentir que controlamos nuestro propio ser.

La idea que quiero transmitir con este post va relacionada con estas reacciones anímicas inconscientes. Algunas nos asaltan de manera evidente y otras se quedan un poco por debajo del plano de la consciencia, allí esperando ser reveladas. ¿Y qué las puede revelar? Si tenemos suerte, nuestro cerebro racional buscará un "imput" en nuestro día a día (despiertos en forma de imagen, canción, olor, palabra; dormidos en forma de sueños) que nos ayude a recuperar aquello que ya habíamos descubierto en nuestra parte inconsciente (la menos valorada de nuestra especie por considerarse instintiva, "animal"), y que teníamos en espera. Una espera que puede ser retardada en nuestra sociedad por la gran cantidad de información que recibimos, a todas horas (sonora, lumínica ...), sumada a esa constante falta de tiempo que nos hace vivir siempre en aceleración. Cuando nuestras vidas humanas giraban un poco más lentamente estas revelaciones lo tenían un poco más fácil. Por ejemplo pensemos hace medio siglo en una ciudad de tamaño mediano con una gran repetición de los días vividos.

La frase "la verdad te será revelada" tiene un gran componente religioso en origen, porque asume que no eres TU quien la revela, sino el creador. En la actualidad, la religión ha perdido mucho poder y por este motivo mucha gente recurre a otras herramientas para conseguirlo. Me refiero por ejemplo a leer el horóscopo o ir a una sesión de tarot. ¿Se pueden imaginar frases o conceptos más ambiguos de los que proporcionan estas actividades? Pues la gente que los lee o escucha queda convencida del mensaje que le han transmitido. Otra herramienta muy sofisticada es creer que has vivido otra vida y su recuerdo te da la información. 

Una variante de esta última idea, algo transformada, es la que tenemos hoy día algunas personas, no religiosas ni creyentes en pseudoreligiones. Su base en que somos herederos de las experiencias que han vivido millones de personas antes que nosotros. Nuestros padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos... retrocediendo hasta la prehistoria, y hasta el primer hombre. Toda esa información la tenemos almacenada en nuestro importantísimo cerebro inconsciente. 

Dejemos que esta información nos llegue, no intentemos abordar una nueva situación únicamente con la parte racional. En experiencias que vivimos varias veces se filtran más mensajes del inconsciente al consciente para darnos apoyo. Pero para la mayoría de decisiones vamos a tenernos que apoyar en nuestro "cerebro intestinal", el que te proporciona aquella sensación que tienes al conocer un proyecto profesional nuevo o una persona nueva, que no entiendes el por qué pero que te es real igualmente. Sabes que te gusta o sabes que no te gusta.  

Este post quiere ser un reclamo para elevar nuestro inconsciente al lugar donde debería estar dentro de nuestras vidas. Sin ignorarlo completamente pero teniendo cuidado con los prejuicios surgidos de experiencias pasadas no tan similares como nos creemos. Que cada cual deje que su inconsciente se le revele de la manera que más credibilidad le aporte. Como religión, voz de adivinos, mensajes de otras vidas propias... Pero que la verdad le sea revelada, al menos la verdad que necesita "conocer" para dar ese paso hacia lo desconocido, con convencimiento y con ganas de luchar por conseguirlo.